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Durante el mes de noviembre el gobierno sondeó la posibilidad de reformar la Ley de Extranjería y así poderconceder el permiso de residencia a aquellos extranjeros que adquieran una vivienda con un valor superior a 160000 euros. La aprobación de esta medida, pendiente de la salida de un informe que detalle sus ventajas y sus desventajas, ha generado una gran controversia. Si para algunos políticos o embajadores representa una buena iniciativa con la que reactivar el sector de la construcción incentivando la llegada de capitales extranjeros procedentes de países emergentes, como Rusia o China, para muchos expertos, ésta no deja de ser una medida circunstancial e insuficiente para combatir el estancamiento del mercado.

Algunas de las voces más favorables a la reforma de la Ley de Extranjería han procedido de políticos o empresarios interesados en reforzar los vínculos económicos entre Rusia y España. Por ejemplo, el embajador ruso en Madrid, Yuri Korchagin, destacó, en unas declaraciones en la Agencia Efe realizadas el 18 de diciembre, que, con la concesión del permiso de residencia, sus compatriotas se sentirán mucho más atraídos por la posibilidad de comprar una casa en España –informa el diario La Vanguardia. Según el embajador ruso, gracias a esta reforma, los ciudadanos de clase media de su país, que disponen de suficientes recursos “indudablemente legales” para comprar una casa en nuestro país, aumentarían sus inversiones en el mercado inmobiliario español, puesto que habrían dejado de encontrarse con el obstáculo del Visado que actualmente les impide residir en los países de la UE el tiempo que ellos deseen.
Aunque la reforma de la Ley de Extranjería pueda servir para impulsar los nuevos mercados emergentes del turismo español, como el mercado ruso que durante el último año ha aportado más de un millón de turistas,Fernando Encinar, el cofundador de Idealista.com, considera que esta medida no sería “una panacea”–informa el diario Cinco Días.
Según Fernando Encinar, esta medida resultaría beneficiosa para la economía española, puesto que no sólo permitiría reducir el stock sobrante de viviendas, sino que serviría para reactivar el consumo de aquellas zonas donde se instalasen los extranjeros. Además no alteraría negativamente los precios del mercado inmobiliario, ya que, al contrario de lo que dicen las voces más críticas, esta no implicaría un aumento excesivo de los precios de la vivienda. A pesar de observar estos posibles beneficios económicos, el cofundador de Idealista.com considera que ésta generaría una gran controversia, pero no cambiaría la situación actual del mercado inmobiliario español.
Un mercado inmobiliario que seguirá estancado a falta que las malas perspectivas de crecimiento, la contracción crediticia y el temor de la banca ante la ola actual de desahucios cambien.
Fuente: API